biografía
Marie de Valon vive verdaderamente en las venas de sus obras donde se proyecta su vida interior.
Lo espiritual en continuidad con lo sensual.
En sus esculturas, es la tierra la que habla, es el Sujeto en lo más profundo de sí mismo el que hace realidad.
En sus toques de color hay tantos pigmentos jubilosos, explosiones deslumbrantes que incendian el lienzo.
Su arte vivo, en constante metamorfosis, se encuentra así en una permanente postura dialógica y de abrazo holístico.
Isabelle de Montgolfier
Marie se entrega sin miedo.
En esta reciente entrevista, Marie de Valon habla de su vida artística desde su estudio en Visan, un pequeño pueblo de Provenza en Francia.
Descubra su obra y su pensamiento sobre el arte.
Metamorfosis del mundo que vivimos
Tanto la pintura como las esculturas de Marie de Valon plasman la vida de un mundo en constante metamorfosis, vida de los cuerpos como de las almas. La artista representa el movimiento del ser, en su alternación entre dudas y quietud; el movimiento de la naturaleza en el fluir de las estaciones, y va cobrando formas y colores, modulando intensidades y tonos. Ha encontrado su propia visión de la vida en la verdad de las contradicciones.
Ancho es el mundo, impenetrables los recovecos del alma humana, pero la intuición de la artista es capaz por la intensidad de su percepciòn, de su paciente o impaciente exploración, de sacarla de su confusión, y contar asi su viaje interior, a través formas y colores propios.
Hermoso, intenso, el tronco de aquel árbol mantenido en su autenticidad de columna firme, de un color marrón rojizo, con letras negras estampadas. Las marcas del tiempo que pasa no alteran fuerza ni majestad. El espiritu de la artista parece acoplarse perfectamente a este designio de la naturaleza que eligió y pintó.
De terracota o de bronce, las esculturas de la artista ensalzan el cuerpo y el sentimiento amoroso.
Marie de Valon mira, interroga la naturaleza en la que el hombre es el ser vivo esencial, En su obra, restablece el equilibrio, acercando al hombre a su medio ambiente, enseñando a través
de formas y colores interferencias y parecidos. Ella se siente miembro de una misma y única familia, parte de la vida en la que laten sentimientos, emociones, savia y sangre, arraigos y destierros, sombra y luz.
Nicole de PONTCHARRA